(campo de Alhucemas)
“Deseo poco y lo que deseo, lo deseo poco”
Está Aquilante en un momento donde el Cosmos de Cracoccia le indica momentos propicios para cumplir sus sueños. Sin embargo; la mala bestia, aquel caballo con actitud psicobolche, aquel noble animal compañero de la especie: decide pegar de pataditas a un viejo roble, o echarse una siesta en campos de Alhucemas. En vez de perseguir los conjuros de los planetas o las fuerzas que los Dioses le convidan, el caballo de mi Mundo no sueña, no adivina una mejor fortuna, no ora por gratificantes porvenires. Quizá porque no confíe, quizá porque no necesite, quizá porque la lista de deseos sea interminable… Lo peor es que se sospecha que el caballo promulga esta indiferencia frente a los sueños porque los estuviera dejando para otras vidas. Vago, vago y vagabundo.
no no! esos sueños son de esta vida...ya vendrán otros con la próxima
ResponderEliminarYo le digo eso al muy rufián...
ResponderEliminarImposible no soñar en ese campo... o inventaremos otro círculo infernal para caballos displicentes... Un abrazo negro
ResponderEliminarpueden entrar los caballos displicentes...
EliminarMe ha gustado esta entrada , de vez en cuando esta bien vaguear un poco, no va a estar uno-a todo el día trabajando¡¡
ResponderEliminarBesos¡¡
feliz semana.
Ciertamente, de todos modos vagar no es ir con rumbo equivocado sino es ir sin rumbo.
EliminarFeliz semana!
No me importaría morir en ese campo.
ResponderEliminarClaro que luego sería un lugar sagrado... procesiones, etc...
Jajajjaa
Besos.
jajajaj, le levantarían monolitos seguro...
EliminarDios mío qué patán!