sábado, 13 de diciembre de 2014

OCEAÑOS





“Tu sabes, si tuviera un bote me internaría en el océano y si tuviera un pony lo montaría en el bote que está en el océano.”
No he perdido la memoria como usted señora Milagros, pero me he sentido perdida, no sé quién soy ni cuál es mi propósito. Todo ese sufrimiento humano… tan listo, tan inteligente… tan insignificante. En la muerte se supone que hay libertad y hay botes para cada uno y hay ponys o animales exóticos que te acompañan, y hay posibilidades. Hay muchas posibilidades. No sufra señora Milagros.
Aquí mi alma se siente perdida sabe, yo estoy como una guerrera luchando para salir adelante, para sacarnos a flote, para no perder la consciencia ganada en tantas vidas. A veces me siento cansada, la lucha es algo instintivo pero a la vez es una acción sin sentido. En la vida el que lucha mucho pierde. Será que no puedes vencer la ira de Dios… Hay una leyenda que cuenta que el Mundo fue creado una vez que Dios se enojó muchísimo. Somos un holograma perdido en el universo, somos un enojo pasajero pero que ha quedado ¿Qué planeta será la misericordia o la gratitud?
Planifico señora Milagros, aprendo la constancia, refuerzo mi autoestima, reafirmo lo que soy y hago un cambio de domicilio en el registro civil, mas cuando me voy a dormir, si es que tengo un minuto en silencio y sin pensar- mi alma me habla y me dice: -estás perdida, vaya si lo estás. El Mundo es el sitio para perdernos y aprender, y se la puede pasar de maravillas también aquí.
No sé si le he contado que en un montecito en el centro del Mundo hay una cascada con una olla muy profunda. A esa cascada se llega a caballo y tienes que atravesar arroyos y montar por acantilados y luego todo se pierde y no sabés bien para donde ir. Aunque escuchas sonidos e intuiciones, en un momento giras con el caballo y ahí está; blanca y cristalina a la vez, como una nube, como mil poesías que caen, como una abundancia, suena muy alto y cuando toca la tierra se calma. Esa es la cascada que le digo que ví señora Milagros. Será que la ira de Dios tiene su belleza también…
Aquí mi alma se siente perdida pero puedo con eso porque sé que soy humano y sé qué es lo que se vive por acá. También sé que algún día tendré un bote y un pony y me internaré en el océano. Ya las personas no van a existir y se hará un silenció atronador en la Tierra. Y todos nos estaremos extrañando los unos a los otros en algún polvo de estrella. Acá no nos extrañamos, más bien no nos soportamos, pero en mi bote y arriba de mi pony yo pensaré en usted con una sonrisa.

3 comentarios:

  1. Me resulta muy gratificante transitar los vericuetos insondables de su pluma latiendo honda con las cuales tropiezo cada vez que paso por acá.

    Sin más le doy cinco corchos.

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