El no dormir te pega... llega un
momento que te pega. Bah, digamoslo de manera contudente: el no
dormir te caga a trompadas. Hoy me encuentro en la cama porque vino
“el no dormir” y me cagó a bifes. Contractura y dolor, voy a ir
a lo fácil: la pasteleta! Marcela me dice que mejor inyectable
porque estoy hecha bosta. Pero recuerdo que tengo un bebu que
amamantar así que nada de antiinflamatorios. Recuerdo que tengo un
bebé de tres meses, osea nada de “fácil”. A veces pienso que
crecer es “lo difícil”.
Constipada. ¿Será que me inhibe cagar
frente a mi bebé y eso me genera una “obstrucción”? En verdad
no es frente sino debajo, porque defeco con mi bebé a upa, a veces
mientras llora a los gritos. Cuando puedo hacerlo me siento gigante,
como si hubiera ganado la final de la Champion League ¡Vaya
capacidad de disociación cagar y calmar al bebu al mismo tiempo!
Trato de ver lo positivo del asunto, eso dicen... eso dicen... eso
dicen... y dicen más... siguen diciendo...ya me tienen los ovarios a
la parrilla con el “ve lo positivo, quedate con lo positivo, fijate
que te enseña la situación”. ¿Ah si? ¡Cagá delante mío a ver!
No, mejor aún, cagá conmigo a upa mientras te cuento mis problemas.
Y así me voy quedando sin amigos...
Cuando se te va la oxitocina es como
cuando volves de ver a Boca ganar el campeonato ponele, volvés
afónicx y hechx percha, feliz, pero entras a tu casa y ya se te va
yendo la manija. Llegás y tenés que poner el lavarropa, preparar
las mochilas de mañana, y poner el despertador porque tenés turno
con el médico. Ah! ¿Qué comemos? Sano, tiene que ser sano. Qué
bueno que estuvo el partido por dios, pero a este piso hay que
pasarle un trapo con lavandina porque si el bebé gatea acá mínimo
se agarra gripe A. Algo así es cuando se te va la oxitocina del
parto, querés seguir agarrada a ese resultado de boca 4 river 0
pero, llega la realidad. Sabemos que va a llegar, se apagó la tuca.
Y el amor... el amor va apareciendo menos hormonal, va apareciendo
real, eclipsado, doloroso, fulminante, dulce, va apareciendo como es
el amor: UN MILAGRO.
Amo ese vestido, te amo marido, amo que
sepas comprarme un vestido, amo que sepas comprar en ferias
americanas. Yo sé que ayer parecía que no te amaba o que no amaba
nada, pero creeme, te amo. Si hay algo que me hace falta para ser
feliz hoy es ponerme ese vestido. Flores, estampados diferentes,
parches, entre antiguo y moderno, corte princesa... Ya te digo, justo
lo que necesito para levantar la noche de ojete que pasé ayer. Me lo
pruebo y me queda pintado ¿te gusta? A mí también. Amo cuando
encuentro una prenda que representa mi identidad. Me lo dejo puesto.
Pasame al bebu que lo amamanto, ya quiere teta. Me doy cuenta que
para amamantar tengo que sacarme el vestido practicamente entero. Mi
identidad de ahora es representada por una yoguineta, vuelve la cara
de ocote y el “parece que no los amo”. Pero es por no dormir.
*Texto con errores de lenguaje
inclusivo, sorrynotsorry (como dicen los pendejes)
Motores de vida... generación tras generación...
ResponderEliminarVosotras sois Dios.
Antes muerta que ser Dios...
EliminarAbrazo Toro!
¿Quién habló de cambios de humor?
ResponderEliminarGracias por la visita.
Nos leemos!
J.
Claro,nos leemos!
EliminarAh el puerperio, nunca me sentí tan salvaje. Y de repente plaf se te van de Erasmus por el mundo.
ResponderEliminarDisfruta al bebesito que son dos días
Besitos
Ya pasó esa época por suerte y los disfruto horrores. El puerperio es lo más, te muestra muchas cosas personales para trabajar y aprender.
EliminarMis saludos desde aquí!